domingo, 1 de julio de 2012

Opinion

 

  No hay peor ciego que el que no quiere ver

 

viernes 29 de junio de 2012 09:30 AM
Mayela Vílchez / mayelavilchez@gmail.com

Dice un viejo adagio popular “no hay peor ciego que el que no quiere ver”, de esta manera, sin calificativos postizos e impertinentes respondemos las declaraciones del rector de LUZ del fecha 17 de junio. Lo hacemos también para todos los universitarios y pueblo en general, porque la Universidad del Zulia es patrimonio de todos y en el ejercicio de la ciudadanía responsable, será a éste mismo a quien daremos cuenta más temprano que tarde de nuestro hacer universitario.
El tránsito en el Consejo Universitario de LUZ comenzó en el año 2007, cuando ejercíamos con la misma responsabilidad, y compromiso de hoy, la representación profesoral ante el Consejo y nos tocó ser testigo de cómo allí se enmendaban las notas de los egresados. En una oportunidad, hasta cuatro materias a una médica, para luego abrir los concursos en aéreas que reunían las materias que se habían alterado. En esa ocasión, usted, señor rector era vice administrativo, nosotros argumentamos semejante desafuero y salvamos el voto. No escuchamos su voz, únicamente vimos que levantaba su mano y aprobaba. Desde allí nuestro “voto salvado” ha sido un solitario en el desierto. Hicimos una elección, nada fácil, por cierto. Nos pegábamos a la pared y dejábamos que la corriente nos llevara o, asumíamos, con fortaleza y valentía, una postura ética, es decir, de sentido universitario.
Hoy, a los largos informes rectorales, a veces horas (sin derecho a réplica porque el contexto de situación de quien ejerce la vocería, lo impide) he tenido que escuchar voces cargadas de descalificaciones y oprobios que siempre terminan en lo mismo: “Mayela, enemiga de la universidad, yo, rector, nosotros los verdaderos universitarios”. Algo falló en la estrategia rector, porque hoy estamos seguros que hemos cumplido con nuestro deber porque ya empiezan a escucharse en LUZ voces que reclaman justicia, equidad, orden, inclusión.
No es cierto que podamos justificar los repetidos errores en el manejo del personal de ingreso, con la retórica de “que como toda institución del país, LUZ no es la excepción”.
Ese no puede ser el argumento de un rector porque estaría justificando la cantidad de desaciertos y las nefastas consecuencias de una política de ingreso partirizada, endogámica y maliciosa, donde se tardan hasta años en permitirle al jurado revisar credenciales, porque alguien con poder, espera que su elegido (a) egrese; porque en oportunidades pasan años, para enviar al Consejo Universitario las apelaciones, de manera que los apelantes se desmoralizan y hasta se olvidan de que concursaron porque en definitiva cuando se quiere favorecer un candidato se recuerda que la decisión final es del Consejo, que es el Consejo el que decide.
Más de una vez, advertimos que los veredictos no estaban apegados a la justicia, “que si ese concursante apelaba le ganaría millones a la universidad”. En ocasiones hemos escuchado con tristeza “que vaya el concursante a apelar a los tribunales, que allá va a ganar”.
Es importante no olvidar que hay en estos quehaceres una víctima solitaria, sin voz propia que busca la nuestra, la universidad. A ella se le despoja de recursos humanos valiosos para complacer o garantizar la permanencia como casta en el poder.
Quizás, esto esté relacionado con lo que está pasando con la generación de relevo que sale a formarse en el exterior, muchos de ellos, la mayoría, sin ningún prurito ni sentido de pertenencia, después de habérseles pagado 5 o más años de estudio, se quedan en el exterior. La universidad y el Estado venezolano pierden el tiempo (en términos de oportunidades), divisas y un capital humano que debió ser mejor elegido.
Debe fortalecer nuestra capacidad de lucha y defensa de LUZ, saber que usted, el rector, la compara con cualquier institución del país.
Nosotros sabemos que no es esa la esencia y el sentido último de toda universidad, aún más de una como ésta, que tuvo grandes rectores, hombres sabios, dignos con una trayectoria virtuosa como debe ser. Una vez se lo recordé precisamente a usted.
“La universidad no está llamada a ser reflejo del país, sino a ser el espejo donde se mire y modele el país”. Esa es la única Universidad del Zulia que reconozco, por la que lucho y alzo mi voz. A ella le debo todo, mi formación científica, ética y humana a lo largo de mi pregrado, maestría y doctorado. Seguros estamos la larga lista de voces que se escuchan y de votos salvados, así lo demuestran.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.